Haifa es una ciudad multicultural donde, como en estratos visibles, se cruzan historias de Oriente, de Europa y de un puerto industrial discreto que con el tiempo fue cambiando de rostro. Hace apenas doscientos años no había acá más que una pequeña aldea otomana, mientras que la ciudad y el puerto importantes estaban enfrente, en Acre. A partir de mediados del siglo diecinueve, Haifa empezó a crecer: los templarios alemanes compraron tierras y fundaron una colonia junto a la aldea, más tarde surgió el barrio judío de Hadar, y los británicos construyeron el puerto, integrando todas esas piezas en un solo organismo urbano. Hoy esos capas históricas no se reemplazan entre sí, sino que conviven; un buen ejemplo es el hotel Golden Crown, relativamente reciente, que pertenece a una familia cristiana acomodada de Nazaret y combina diseño contemporáneo, una ubicación estratégica y un nivel de servicio sólido. A medida que avance el proyecto llamado Barcelona, que transforma la antigua zona portuaria en un espacio turístico, la demanda de hoteles de este tipo va a seguir creciendo, sobre todo si se tiene en cuenta que justo enfrente, del otro lado de la plaza, ya se está construyendo un nuevo complejo hotelero con alrededor de trescientas cincuenta plazas.
Esta guía de Haifa es una caminata por una ciudad hecha de capas superpuestas. Desde una aldea otomana y la colonia alemana hasta el puerto del período británico; desde barrios árabes y el Adar judío hasta el Carmelo y los jardines bahá’ís. La historia acá no se explica: se lee en las casas, en las calles, en los restaurantes, museos y pasajes donde conviven lenguas distintas y miradas diferentes. No es un recorrido de “atracciones”, sino una forma de entender la ciudad como un organismo vivo, con memoria, heridas, intentos de reconciliación y una capacidad poco común de coexistir. Un camino que no solo avanza sobre el mapa, sino que se adentra en la profundidad de Haifa.